miércoles, 19 de enero de 2011

VIVIR EN UNA CARAVANA


Aún cuando la burbuja inmobiliaria explotó, tirando por el suelo los precios de los pisos, y manteniendo en Euríbor a raz de piso, el coste de una viviendo sigue siendo un problema para un grupo de españoles, pero en vez de vivir debajo de los dinteles de las iglesias, utilizan una estrategia más creativa: vivir en una caravana.

Vivir en un espacio tan reducido es una aventura para pocos, que o bien por convicción propia, o bien por la crisis han decidido tomar esta forma de vida. Pero no hay que dejarse engañar, no es fácil, hay que tener en cuenta que las limitaciones traen consigo un manual de modus vivendi unh tanto complejo. Por ejemplo:

Por defecto las caravanas son vehículos recreativos, no diseñados para estadías prolongadas, por eso sus depósitos para los servicios básicos son bastante reducidos.

Conocer bien los gastos de energía, gas y agua, así como el tamaño de los depósitos de residuos es una condición sine qua non para tener un estilo de vida decente.

Las leyes de tránsito varían, y la personalidad policíaca también. Es bueno conocer las ordenanzas municipales de aparcamientos para no agrgar al reducido presupuesto una multa innecesaria (con su consabida cuota de punto en el carné).

Los residuos deben ser descargados en zonas aptas para ellos, así como en horarios adecuados.

Siempre tener al día con la ITV la caravana, pues la rápida movilidad de la misma puede sacarnos de apuros.


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